Estudios de tipo de piel

Los estudios de tipo de piel se consideran imprescindibles en la dermatología ya que cada persona requiere un tratamiento personalizado según sean sus características cutáneas. El tipo de piel de cada persona está determinado genéticamente, y conocer el tipo de piel de cada individuo es necesario para elegir el tratamiento apropiado para cada tipo de piel, y así mejorar su aspecto y retrasar el proceso de envejecimiento. A partir del estudio clínico de cada paciente, se obtiene información sobre el nivel de hidratación, elasticidad, grosor y secreción sebácea de su piel. La clasificación de las pieles contempla cuatro tipos básicos: piel seca, que presenta una pérdida de agua mayor y está más desprotegida ante posibles riesgos; piel grasa, en la que la secreción sebácea es muy alta; piel sensible, la que reacciona ante muchos estímulos que no provocan reacción en las pieles normales; y piel normal, caracterizada por un equilibrio ideal entre los niveles de agua y sebo.

Suscripción Boletín

Inscripción curso